domingo, 10 de junio de 2007

Ocurrencias a partir de Tánatos I


Según la mitología griega, Tánatos –el muerte- hijo de Nix –diosa de la noche, la que concebía por sí misma- y hermano de Hipnos –el sueño-, era encargado de cumplir con las órdenes de las Moiras – Cloto (hilo e inicio de la vida), Láquesis (rueca y destino) y Átropos (tijeras y fin de la vida)-. Algunas versiones de la mitología dicen que las Moiras eran hermanas de Hipnos y Tánatos, con lo cual la noche y la obscuridad estarían -en diferentes representaciones y derivaciones- a lo largo de la vida desde su origen hasta el momento de la muerte. Lo que me lleva a pensar que, al momento de la concepción, la célula primaria y luego la mórula, no ven en el sentido literal, tampoco es que el vientre sea el lugar más iluminado en la tierra, la vida empieza entonces en la más completa y total obscuridad. El humano está predeterminado para ver, pero esto no depende únicamente de los órganos de la vista, depende de la voluntad y de la capacidad de vivir, de aprender de las vueltas de Láquesis y de no vivir constantemente en manos de Hipnos.

La vida está llena de obscuridad y muchos optan por solamente existir dentro de esta obscuridad -el mito de la caverna de Platón (por cierto que Hipnos vive en el subsuelo, en una caverna)- y no recorrer el camino –el túnel- para dejar de percibir solamente apariencias y encontrar la verdad, la filosofía, no la que viene de los libros, sino la que se construye desde lo propio al animarse a vivir, a ver, a percibir con pasión y que, en el camino, se reafirma en lo que se ha escrito. Leer filosofía sin vivir no vale la pena. Morir sin haber vivido es, desgraciadamente, el destino de la mayoría que no sale de las sombras, que no ven más allá de los pies encadenados, que temen a la naturaleza, a su propia naturaleza. Morir sin vivir es nunca haber nacido, nunca haberse expuesto a sentir el mundo, las emociones, a comprobar la existencia de los demás, y más importante aún, la existencia propia.

¡A leer a Whitman y a escuchar los susurros de la vida! dirían dos amigas. :)



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