miércoles, 6 de junio de 2007

El peso de una pluma

Estela de Amenmenés.

El gran himno a Osiris del Museo del Louvre.


(Traducción libre de un pasaje de Los tanatonautas de Bernard Werber)

- Un difunto debe pasar por las puertas del infierno, evitar los monstruos acuáticos, protegerse de los demonios voladores. Si tiene éxito, se encontrará frente a Osiris, el juez supremo, y ante un tribunal compuesto de cuarenta y dos asesores divinos. Deberá entonces probar la pureza de su alma gracias a una confesión negativa, en la que declarará no haber cometido pecados u ofensas graves durante la vida que acaba de abandonar. Dirá:

No he tratado de manera desigual a los humanos

No he maltratado a la gente

No he escondido la verdad

No he blasfemado contra Dios

No he empobrecido a un pobre

No he cometido actos abominables contra los dioses

No he perjudicado a un esclavo frente a su amo

No he fornicado en los lugares santos de la ciudad

No he sido fuente de hambre

No he hecho llorar a nadie

No he matado

No he ordenado matar

- Puede entonces afirmar lo que quiera, ¿puede mentir también? pregunté a Raoul.

- Sí. Dispone del derecho de mentir. Los dioses hacen las preguntas, y el difunto puede engañarlos. Pero no es fácil ya que los dioses saben muchas cosas. Normal, son dioses.

- ¿Y luego?

- Si supera la prueba, enfrentará la segunda parte del juicio en presencia, esta vez, de otros dioses.

Raoul calló un instante para mantener el suspenso.

- Entonces estará Maat, la diosa de la justicia, y Thot con cabeza de ibis, dios de la sabiduría, quien registrará el testimonio del difunto sobre una tabla. Luego vendrá Anubis, dios con cabeza de chacal, provisto de una gran balanza que servirá para pesar el alma.

- ¿Cómo se pesa el alma?

Raoul, que no había pensado en esa pregunta, frunció el seño, cambió de página y siguió:

- Anubis deposita sobre uno de los platillos el corazón del difunto y una pluma sobre el otro. Si el corazón es más ligero que la pluma, el muerto es declarado inocente. Si el corazón se presenta más pesado que la pluma, será ofrecido como alimento a un dios con cuerpo de león y cabeza de cocodrilo, encargado de devorar las almas indignas de la Eternidad.


2 comentarios:

Unknown dijo...

Toda esta descripcion me ha despertado mucha curiosidad y desde hace mucho tengo un gran respeto por los temas de los muertos para los egipcios, cual es la fuente Denise?

Denise Phé-Funchal dijo...

Fijate que es de una novela, Los Tantoanutas, este chavo bernard Werber investiga al escribir, pero no conozco la fuente exacta.